Aunque no existe un tratamiento curativo para la demencia con cuerpos de Lewy, como para otros tipos de demencia, se dispone de un conjunto de fármacos que, de manera combinada, pueden conseguir un control de los síntomas de esta enfermedad:
- Inhibidores de colinesterasa para el tratamiento del deterioro cognitivo: destaca la rivastigmina, con un importante efecto beneficioso sobre la ansiedad, las alucinaciones y, en general, sobre todos los síntomas cognitivos. Existe la posibilidad de administrarlos por vía oral o en parches. Poseen efectos secundarios, como aumento de la salivación o del lagrimeo, pero su tolerancia es buena.
- Antiparkinsonianos para el tratamiento del parkinsonismo: estos fármacos, utilizados en la enfermedad de Parkinson, controlan adecuadamente los síntomas de este tipo. Se aconseja usar levodopa a dosis bajas para evitar efectos adversos.
- Antipsicóticos para el tratamiento de síntomas neuropsiquiátricos: en este sentido, siempre que se requieran para el manejo de conductas delirantes, agitación psicomotriz, etcétera; se recomienda la quetiapina, risperidona, o aripiprazol. Deben evitarse los neurolépticos convencionales, dado que agudizan los síntomas de esta demencia, empeoran el parkinsonismo, y pueden desencadenar un síndrome neuroléptico maligno con riesgo para la vida del paciente.
- Clonazepam para el tratamiento de los trastornos del sueño: es el fármaco indicado para esta finalidad, aunque se puede incluir en este aspecto la melatonina, o incluso la quetiapina y la risperidona a dosis bajas. Se deben evitar las benzodiacepinas pues pueden empeorar la situación.
- Tratamiento de los síntomas ortostáticos: para evitar los desvanecimientos provocados por cifras de tensión arterial bajas se aplican medidas no farmacológicas, como la administración adicional de sal en las comidas, o el uso de medias de compresión en las piernas. Algunos expertos recomiendan el uso de corticoides para combatir estas anomalías.
El pronóstico de la demencia con cuerpos de Lewy conlleva a un deterioro progresivo de las funciones mentales, aunque con el tratamiento descrito puede llevarse a cabo un control aceptable de síntomas, pero sin curación, y sin detener el curso de la enfermedad.