El desgaste de la articulación que une el dedo pulgar de la mano con la muñeca da lugar a la rizartrosis o artrosis del pulgar, frecuente en los mayores de 65 años. Conoce sus señales de alerta y consejos para reducir sus efectos.
Tratamiento de la rizartrosis y consejos para aliviarla
Ningún tipo de artrosis se puede curar, ya que se trata de un proceso degenerativo y no hay soluciones que permitan recuperar el cartílago articular que ya se ha perdido. Por esta razón, el tratamiento de la rizartrosis se centra en reducir el dolor y evitar que la degeneración continúe progresando. Y para ello se puede recurrir a:
Tratamiento farmacológico: con el uso de analgésicos, antiinflamatorios o corticoides. También se pueden realizar infiltraciones de diferente tipo de medicación.
Tratamiento no farmacológico: el uso de órtesis y férulas ayuda a que la articulación esté en reposo, lo que reduce el dolor. Por otro lado, gracias a la fisioterapia se puede recuperar movilidad y fuerza, y reducir la rigidez de la zona; mientras que con terapia ocupacional se puede frenar la degeneración, enseñando a la persona afectada a realizar los movimientos de tal forma que no cargue las articulaciones, y usando herramientas de apoyo para ejecutar las acciones mecánicas que más comprometen a la articulación.
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Dependiendo de la fase en la que se encuentre la artrosis del pulgar se pueden aplicar los siguientes tratamientos:
Inicio de la degeneración: se comienzan a utilizar fármacos antiinflamatorios y se puede recomendar el uso de una órtesis combinada con el reposo. Las infiltraciones también ayudan a reducir el dolor y la inflamación, pero no impiden que continúe la degeneración articular.
Degeneración articular avanzada: cuando el tratamiento farmacológico y no farmacológico no son suficientes, se puede recurrir a la intervención quirúrgica para realizar una artroplastia (reconstrucción articular). Esta operación consiste en reemplazar el hueso por un trozo de tendón; en el postoperatorio la persona tendrá que tener la mano inmovilizada durante unas seis semanas, y después realizar rehabilitación. Los resultados de esta cirugía son muy buenos, ya que el paciente recupera la movilidad sin sentir dolor.
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Consejos para reducir los efectos de la rizartrosis
Siguiendo las indicaciones que te haya dado tu médico y estos consejos podrás convivir con la rizartrosis o artrosis del pulgar disfrutando de una mejor calidad de vida:
Utiliza herramientas de apoyo: un terapeuta ocupacional te puede enseñar a usarlas; y es que existe una amplia gama de herramientas de este tipo que te facilitan abrir un bote, pelar un ajo, abrocharte los botones de la camisa, o cortar con tijeras.
Alíate con los aparatos electrónicos: usar el lavavajillas, un robot de cocina, una máquina de coser o un exprimidor eléctrico, te puede facilitar en gran medida la realización de las tareas domésticas.
Usa menaje de cocina ligero: aunque sean muy bonitos, unos platos y cubiertos muy pesados no son la mejor opción para ti. No tengas reparo en utilizarlos de plástico, y recurrir a utensilios de cocina y cubiertos con mangos gruesos, porque facilitan el agarre.
No hagas la “pinza”: lo cierto es que ese gesto lo realizamos en muchas acciones de nuestro día a día, pero se debe intentar evitar. Para ello no uses pinzas para servir la comida; no cojas los platos por los lados, sino por la base; y usa herramientas de apoyo para abrir los tapones de las bolletas y los bricks de leche, entre otros.
No sobrecargues las manos: evita coger mucho peso con las manos, así que acude al supermercado en coche, lleva siempre un carrito de la compra, no portes cajas, usa maletas con ruedas, etcétera. En el caso de que tengas que coger peso, intenta portar el objeto sujetándolo con el antebrazo.
Mantente activo: además de realizar ejercicio físico para acondicionar todo tu cuerpo y evitar el sobrepeso, realiza ejercicios específicos para las manos todos los días. Un profesional de la fisioterapia te puede diseñar un programa que incluya estiramientos, ejercicios de flexión, fortalecimiento, movilidad… Y no te centres solo en el pulgar, todos los dedos necesitan ejercitarse.
Baños de agua caliente: sumergir las manos en agua caliente, a 37ºC aproximadamente, durante unos 10 minutos, te puede ayudar a aliviar la rigidez.