La sarcopenia consiste en la pérdida de masa y potencia muscular que se produce a consecuencia del envejecimiento, o por llevar una vida sedentaria. Conoce sus consecuencias y cómo prevenir su aparición.
Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
No existe un tratamiento concreto para la sarcopenia, pero se han ensayado varias estrategias para intentar corregirla en la medida de lo posible, aunque lo más importante es evitar o retrasar su aparición adoptando medidas que ayuden a prevenirla. Los tratamientos que se están estudiando para la sarcopenia son:
Tratamiento con testosterona u otros anabolizantes:
Testosterona: la presencia en sangre de niveles bajos de testosterona, que es una hormona sexual, se ha relacionado con la presencia de menor masa muscular y menor fuerza en los músculos de las piernas. Por ello, se ha utilizado la testosterona como tratamiento de la sarcopenia en varones con niveles bajos de esta hormona en sangre.
En los ancianos, las concentraciones de testosterona disminuyen progresivamente con la edad. La prevalencia de hipogonadismo (niveles bajos de hormonas sexuales) es del 20% en hombres mayores de 60 años, cifra que puede llegar a un 50% en varones mayores de 80 años. Sin embargo, hay dudas acerca de la seguridad del tratamiento con testosterona en ancianos, en concreto sobre el riesgo que puede tener para la próstata y las enfermedades cardiovasculares.
Dehidroepiandrosterona (DHEA): la administración de suplementos de esta hormona se está investigando como tratamiento de la sarcopenia, ya que se ha visto que las concentraciones de esta sustancia disminuyen progresivamente con la edad, pudiendo jugar un papel en la aparición de la sarcopenia.
Tratamiento con hormona de crecimiento humana (HGH): aunque en adultos jóvenes con hipopituitarismo (disminución de las hormonas secretadas por la glándula hipófisis) el tratamiento con HGH sí aumenta la masa y fuerza muscular, no está del todo clara su utilidad en ancianos. Además, la administración de esta hormona puede tener efectos secundarios como síndrome del túnel carpiano, ginecomastia (crecimiento de las mamas en el varón), retención de líquidos, dolor de las articulaciones, y bajadas de tensión.
Ejercicio físico de resistencia: el entrenamiento físico con ejercicios de resistencia en ancianos mejora la masa muscular, la fuerza muscular, el equilibrio y la resistencia. El tiempo de tratamiento necesario para observar efectos beneficiosos es de unas 10-12 semanas de media. Además, es importante recalcar que la realización de ejercicio físico en la tercera edad debe ir acompañada de una ingesta adecuada de proteínas con la dieta, ya que es frecuente que la población anciana consuma menos proteínas que la ingesta diaria recomendada para los adultos. La realización de ejercicio apenas tiene efectos secundarios, por lo que solo habría que limitarlo en aquellos pacientes con insuficiencia cardíaca, es decir, aquellos en los que el corazón no consigue bombear adecuadamente la sangre, por lo que tienden a retener líquidos.
Tratamiento nutricional: hay pocos estudios sobre el efecto de la intervención nutricional en la sarcopenia. Lo que se está haciendo actualmente en los últimos trabajos es suministrar dietas ricas en proteínas, o aportar de forma extra algunos nutrientes concretos, como determinados aminoácidos, para ver si se disminuye el riesgo de que la sarcopenia aparezca o progrese.
Intervenciones sobre citocinas y el sistema inmune: se han utilizado algunas sustancias (como la pentoxifilina, la talidomida o el acetato de megestrol) con la intención de controlar la producción de citocinas, que son unas sustancias que producen la pérdida de masa muscular en la sarcopenia.
PUBLICIDAD
Medidas para prevenir la sarcopenia
Lo mejor para prevenir la sarcopenia es mantener una actividad física adecuada, y sobre todo realizar ejercicios para potenciar la musculatura. Se ha podido comprobar que este tipo de ejercicios generan un incremento de la masa y la potencia muscular en los ancianos, lo que contribuye a evitar que aparezca la sarcopenia.
Realizar este tipo de ejercicios dos o tres veces a la semana permite obtener resultados beneficiosos en unas ocho semanas, y se ha observado una importante mejoría incluso en pacientes con más de 90 años de edad. Diversos programas de entrenamiento en ancianos han demostrado un aumento de entre el 30 y el 170% de su potencia muscular, lo que tiene importantes efectos positivos: mayor capacidad para caminar y velocidad de la marcha, mayor capacidad para subir escaleras y, por lo tanto, mayores posibilidades de continuar siendo independientes físicamente.
PUBLICIDAD
La práctica de actividad física también ha resultado eficaz para prevenir y mejorar el tratamiento de una gran cantidad de enfermedades frecuentes en los mayores, y se ha comprobado que las personas que llevan una vida más activa son más longevas y tienen mejor salud.