Jordania para adultos mayores, visitas que no te puedes perder

Los circuitos que ofertan las agencias de viaje para visitar Jordania –también las de la tercera edad– generalmente tienen una duración de ocho días. Si tienes tiempo suficiente existe la posibilidad de contratar una extensión de varios días más de estancia en Áqaba, junto al Mar Rojo, y descansar en algún resort de lujo, o practicar buceo o snorkel para disfrutar de los arrecifes de coral y la fauna marina. Las visitas incluidas en los diferentes itinerarios varían, y otra opción es adquirir un paquete de vuelo + hotel y planificar tu viaje de acuerdo a tus gustos e intereses pero, en cualquier caso, especialmente si tienes más de 50 años, te recomendamos que no te pierdas la siguientes perlas jordanas:

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  Petra

  La ciudad de los nabateos declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, escondida en las profundidades de una estrecha garganta en el desierto, y a la que se accede tras recorrer una sima de un kilómetro de largo. A la visita de Petra debes dedicar al menos dos días, pasando como mínimo una noche en destino, y lo ideal es que el hotel donde te alojes esté lo más cerca posible de la entrada al recinto. La visita nocturna de Petra iluminada con velas es también una experiencia inolvidable.

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  Wadi Rum

  Dicen que es uno de los desiertos más bellos del planeta, y es que además de las dunas de arena típicas, también cuenta con cañones y acantilados, e incluso con la montaña más alta de Jordania, Jabal Ramm (1.734 m). Es un lugar ideal para hacer senderismo (siempre que la temperatura lo permita y vayas bien pertrechado con agua y ropas que te protejan del sol), pero si lo tuyo no es caminar o tienes problemas para hacerlo, no te preocupes, hay excursiones organizadas en 4x4, e incluso puedes dormir en una jaima en campamentos preparados para los turistas, o acampar por libre si te atreves.

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  Jerash

  Una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo, seguramente porque permaneció oculta bajo la arena durante siglos. Allí podrás admirar sus calles pavimentadas, templos, teatros, plazas y murallas, que constituyen un interesante ejemplo del urbanismo de las provincias romanas. Un plan para pasear junto a tu pareja.

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  Mar Muerto

  Se encuentra a 410 metros bajo el nivel del mar, lo que lo convierte en el punto más bajo de la Tierra. Las carreteras de acceso han mejorado y existen diversos hoteles de nueva construcción para alojarse y disfrutar de las aguas, cuyo índice de sal del 31,5% impide que te hundas. Además, contiene 21 minerales –12 de los cuales solo se encuentran en este agua–, y destaca por sus elevados niveles de magnesio, sodio, potasio y bromo. Todo un plus de relax para tu salud.

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  Mádaba y el monte Nebo

  A solo 30 kilómetros de Amán –la capital de Jordania–, se encuentra Mádaba, conocida como la ciudad de los mosaicos, donde se conservan cientos de mosaicos repartidos entre las iglesias y otros edificios, así como en el museo de la ciudad. El más famoso es un mosaico elaborado con dos millones de piezas que representa el mapa de Jerusalén y Tierra Santa del siglo VI, que cubre el suelo de la iglesia ortodoxa griega de San Jorge. El monte Nebo, lugar donde fue enterrado Moisés, merece también una visita, y desde el mirador que hay frente a la iglesia bizantina podrás contemplar el valle del Jordán y el Mar Muerto.

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  Ciudadela de Amán

  Los aviones suelen aterrizar y despegar desde el aeropuerto de Amán, así que puedes aprovechar para conocer la Ciudadela, donde las excavaciones han descubierto vestigios del periodo Neolítico, así como restos helenísticos, romanos e islámicos, y en donde se encuentran monumentos como el Templo de Hércules, el Palacio de los Omeya, la iglesia bizantina, y un espectacular teatro romano.

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  Castillos del desierto

  En casi la totalidad de los viajes organizados se incluye una excursión para ver estas edificaciones que en la antigüedad sirvieron para diferentes usos, desde centros de agricultura y comercio, a zonas de descanso para caravanas. Algunos se encuentran en muy buenas condiciones porque han sido restaurados, y en su interior se conservan bonitos mosaicos, frescos e ilustraciones de estuco.