Prevención de la tuberculosis
Actualizado: 23 de septiembre de 2022
El contagio de tuberculosis puede prevenirse, pero depende, sobre todo, de la actitud del enfermo. Este deberá toser siempre en un pañuelo de papel desechable, que deberá ser depositado en la basura en una bolsa de plástico cerrada.
Durante las primeras dos o tres semanas del tratamiento, es preciso que el paciente se mantenga aislado en una habitación, que deberá ser ventilada varias veces al día y permanecer con la puerta siempre cerrada para evitar la diseminación de las bacterias a otras estancias de la casa. Los contactos personales deben ser breves y limitados; y todo aquel que entre en contacto con el enfermo deberá llevar mascarilla, para evitar inhalar las bacterias presentes en el aire. En el exterior no hay riesgo, siempre que se mantenga una distancia prudencial. Los rayos del sol matan las bacterias, por lo que es conveniente que la habitación del enfermo sea soleada. Si no se puede llevar a cabo el aislamiento del paciente en casa, deberá acudir al hospital
Durante este periodo, el paciente no mantendrá contactos íntimos ni relaciones sexuales, ya que aún puede estar en la fase infectiva. Solo cuando lleve dos o tres semanas de tratamiento tendrá la seguridad de que ya no puede infectar a nadie. Es necesario evitar durante este tiempo los lugares cerrados, con mucha gente, como el transporte público.
Tras este periodo de dos o tres semanas, el paciente puede abandonar el aislamiento, y los contactos no requerirán el uso de mascarilla.
¿Qué hacer si ha estado en contacto con un paciente de tuberculosis?
Si una persona ha estado durante un tiempo prolongado en contacto con un paciente de tuberculosis, debe acudir al médico y exponerle el caso. Los síntomas (o la ausencia de los mismos), la radiografía de tórax, y ciertas pruebas sencillas, como la de la tuberculina, indicarán al médico si ha contraído la bacteria y si requiere tratamiento preventivo para evitar la infección.
Si el contacto ha sido leve, durante un breve espacio de tiempo, o ha ocurrido en un ambiente abierto, hay poco riesgo de contraer la bacteria. No obstante, hay que consultar con un médico si se tienen dudas al respecto.
Actualmente se están llevando a cabo diversos estudios en busca de una vacuna efectiva que proteja frente a la tuberculosis, de hecho doce de ellos han entrado ya en fase de ensayo clínico. En general se basan en el uso de antígenos que reemplacen a la antigua vacuna BCG, o bien que la potencien.
Tratamiento preventivo de la tuberculosis
El tratamiento preventivo de la tuberculosis (TPT) consiste en un curso de uno o más medicamentos antituberculosos administrados con la intención de prevenir el desarrollo de la enfermedad de la tuberculosis. Este TPT solo se administra a personas que están infectadas con la bacteria de la tuberculosis o que han estado expuestas a ella y tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de la tuberculosis que la población general (personas con VIH, personas en diálisis, a la espera de un trasplante, personas sin hogar o adictos a las drogas…). Esta opción se considera una de las medidas de salud pública más críticas para proteger tanto a las personas como a la comunidad de la tuberculosis.
El TPT está destinado a eliminar las bacterias de la tuberculosis que han infectado el cuerpo antes de que puedan dañar los órganos y causar enfermedades. Se estima que aproximadamente una cuarta parte de la población mundial está infectada con la bacteria de la tuberculosis y la mayoría de ellos no tendrá la enfermedad. Sin embargo, algunos de estos individuos tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad activa y la TPT efectiva puede reducir ese riesgo sustancialmente. Una vez que se desarrolla la enfermedad de tuberculosis activa, se requerirán otras formas de tratamiento.
Creado: 4 de agosto de 2010