Vértigo
¿Todo te da vueltas? Saber distinguir si esa sensación es un mareo o un vértigo es clave para poder tratarlo con eficacia. Hay más de 300 causas que pueden producir este problema, más frecuente en mujeres mayores de 50 años.

Tratamiento del vértigo

Por: María Dolores Tuñón

Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Para aliviar la sintomatología vertiginosa se recomienda emplear, siempre bajo consejo y control del médico, alguno de esta serie de fármacos. Eso sí, debes tener en cuenta que estos fármacos se deben emplear en dosis bajas al principio del tratamiento del vértigo para, posteriormente, ir incrementando paulatinamente la dosis:

  • Prometazina y meclicina: los más utilizados para controlar mareos, náuseas y vómitos.
  • Diacepam y clonacepam: muy útiles en las crisis agudas, pero con somnolencia importante lo que puede es complicar más la inestabilidad del paciente. Su uso debe estar supervisado.
  • Tietilperacina y metoclopramida: la metoclopramida es un antiemético utilizado con alta eficacia sobre todo en los casos moderados.
  • Ondansertrón: aunque habitualmente se emplea para los vómitos secundarios a quimioterapia, es eficaz en el control de los vómitos en vértigos severos.
  • Sulprida: se utiliza en comprimidos orales para el manejo crónico del vértigo, aunque en ocasiones puede presentar efectos indeseables que obligan a su suspensión.
  • Betahistina: se emplea en el control de los síntomas a más largo plazo con una buena tolerancia y escasos efectos adversos.

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Tratamiento del vértigo

La enfermedad de Ménière se trata con una combinación de una dieta hiposódica (baja en sal) junto a la restricción de alcohol y nicotina, y la administración de diuréticos, con el fin de disminuir las crisis de vértigo y limitar la pérdida de audición. Deben seguirse también algunas medidas higiénicas como evitar cualquier actividad que pueda desencadenar las crisis de vértigo y prevenir los cambios bruscos de postura. Los periodos críticos de vértigo se tratan con los fármacos mencionados anteriormente. En caso de fracaso de estos se recurre a gentamicina transtimpánica o estreptomicina intramuscular (con ello suele controlarse el vértigo hasta en un 90% de los casos, pero supone un riesgo de daño en la audición).

Cuando el tratamiento médico para el vértigo no haya dado resultado se recurrirá a cirugía.

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El Vértigo postural paroxístico benigno (VPPB) puede remitir por sí solo, pero su tratamiento es importante para evitar la incapacidad física y emocional que produce. Deben realizarse rehabilitación vestibular o ejercicios autoaplicados, que consisten en la provocación reiterada de las manifestaciones clínicas mediante cambios de posición repetidos; de este modo se acaba consiguiendo la remisión del vértigo. Pero estos ejercicios no siempre son bien tolerados por el paciente.

Ante casos que no responden al tratamiento habitual, cuando los síntomas son graves y la vida diaria del paciente se ve limitada, se recurre al tratamiento quirúrgico.

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